Ejercicios en la Tercera Edad

Estamos llegando a la Tercera Edad, «que bueno que así sea», más no por esto debemos de estar inactivos, nada de eso; en cualquier momento de nuestras vidas la actividad física y el movimiento adecuado benefician nuestro organismo; llevar una vida sedentaria es propiciar las enfermedades. Esta muy claro que a medida que nos cuidamos más, llevamos una dieta saludable y hacemos ejercicios físicos las perspectivas y calidad de vida aumentan.

Es cierto que nuestro organismo va sufriendo cambios paulatinos y que surgen enfermedades propias de los diferentes aparatos y sistemas del cuerpo; en este artículo vamos a referirnos de forma especial a aquellas que afectan el Aparato Locomotor.

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Dentro de las enfermedades propias del Aparato Locomotor se encuentra la Osteoporosis, la cual es una enfermedad degenerativa que produce una pérdida de la masa Osea.  El ejercicio físico en pacientes con esta enfermedad produce beneficios a diferentes niveles: ayuda a preservar la masa ósea además de que el entrenamiento de resistencia y fuerza mejora la densidad mineral ósea. Si se combinan actividades relacionadas  con coordinación, propiocepción y equilibrio se reduce el riesgo de caídas y fracturas. En algunos estudios se ha verificado el aumento de masa ósea tras la práctica de ejercicio regular durante al menos un año de duración.

Las personas con osteoporosis muy avanzada deben de evitar ejercicios de alto impacto (saltos, golpeos…). Han de controlarse también al máximo situaciones que puedan dar lugar a caídas o desequilibrios.

Ejercicios de caminar, bailar y nadar son recomendados para aumentar la resistencia, combinados con ejercicios de flexibilidad y fuerza. En principio tratar de hacer repeticiones, luego aumento del peso.

Video de 04 ejercicios básicos que te ayudarán a caminar mejor

Vídeo de ejercicios para mejorar el equilibrio en personas mayores

Recomendaciones

El aumento de la duración e intensidad de los ejercicios en personas mayores, debe tomar en consideración de manera más puntual los ajustes personales a la actividad, los cuales son más lentos que en personas adultas, aunque esto depende del estado de salud previo, del que practica el ejercicio.

Es necesario realizar una revisión médica previa donde se haga una valoración del estado de salud, donde se realice una correcta prescripción del tipo de actividad a realizar.

Fuentes

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