Historia del merengue
El merengue se considera parte integrante de la identidad nacional de la comunidad dominicana y, además, desempeña un papel activo en numerosos ámbitos de la vida diaria de la población: la educación, las reuniones sociales y amistosas, los acontecimientos festivos e incluso las campañas políticas electorales.
El 26 de noviembre de 2005 esta práctica cultural tradicional obtuvo un reconocimiento público con la publicación de un decreto presidencial por el que se proclamó el Día Nacional del Merengue.
En diversas ciudades de la República Dominicana tienen lugar festivales de merengue, entre los que destacan los celebrados cada año en Santo Domingo y Puerto Plata. El merengue se baila en pareja, acompañado de coqueteos y movimientos sensuales de los bailarines que giran al compás de la música interpretada con acordeones, tambores y saxofones, entre otros instrumentos.
La iniciación a esta danza suele comenzar desde la más tierna infancia. Las prácticas y conocimientos vinculados al merengue se transmiten esencialmente mediante la observación, la participación y la imitación. La práctica de este elemento del patrimonio cultural inmaterial atrae a personas de medios socioeconómicos muy diversos, contribuyendo así a fomentar el respeto y la convivencia entre las comunidades.
La cuna del merengue se sitúa en el norte de la República Dominicana y su zona de influencia abarca la región del Caribe, así como Puerto Rico y los Estados Unidos de América. También es muy popular en otros países de Centroamérica y América Latina, especialmente en Colombia y Venezuela, donde han surgido variantes de esta música y danza. El merengue fue mencionado por primera vez a mediados del siglo XIX. Se originó dentro del valle norteño del Cibao, y más tarde se extendió por todo el país.
El dictador Rafael Leonidas Trujollo convirtió el merengue en el estilo nacional de música y danza del país. Después de su elección, Trujillo ordenó a los músicos componer y tocar numerosos merengues para alabar su dictadura, acciones, virtudes y atractivo para las mujeres.
No importa el espacio tan importante que ha obtenido la bachata y otros ritmos tropicales, el merengue sigue siendo el ritmo que contagia, une e invita a los dominicanos a celebrar.
Tiene un ritmo moderado a muy rápido, y es interpretado tradicionalmente con instrumentos como el tambor de dos parches, la guira y el acordeón. Los merengues más modernos incorporan instrumentos eléctricos e influencias de la salsa y el rock and roll.
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró el merengue Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La decisión fue tomada por Comité intergubernamental al considerar que el merengue dominicano “desempeña un papel activo en numerosos ámbitos de la vida diaria de la población: la educación, las reuniones sociales y amistosas, los acontecimientos festivos e incluso las campañas políticas”.
Actualmente existen tres tipos principales de merengue: merengue típico (perico ripiao), merengue de orquesta y merengue de guitarra.
¿Y qué dominicano se resiste a bailar un buen merengue?, ¿Qué hombre de nacionalidad criolla no se motivaría a invitar a su dama a bailar con tan solo escuchar los primeros toques del tambor que anuncian el merengue?, y es que el merengue definitivamente es nuestro ritmo por excelencia.
Desde esta redacción te compartimos la siguiente seleección de videos con parte del gran repertorio de nuestro Señor Merengue:
1.- Añoranzas, programa especial presentado por el también músico Luis Ovalle
2.- «Cañabrava» merengue interpretado junto a Anthony Rios
3. Johnny Ventura con Luisito Martí en el Carnaval del Merengue en Nueva York 1986