La evaluación de los aprendizajes de los estudiantes, el desempeño del grupo y especialmente el desempeño individual es un proceso de todo el año. Pero en este punto se convierte en el centro. La evaluación permite comparar las metas y objetivos que se marcaron a principio de año con los que realmente se lograron
¿Es la evaluación parte inherente y esencial de todo proceso que busca obtener resultados óptimos? Indudablemente. Como parte del proceso educativo, la evaluación busca orientar y facilitar el acercamiento del educador a la problemática de los/las estudiantes y su entorno con miras a obtener los mejores resultados.
Peters (1989) señala que «el éxito del que enseña sólo puede definirse a partir del éxito del que aprende». En este sentido, hemos procurado rescatar experiencias de nuestra práctica para presentar algunas ideas y estrategias que ayuden a los/las docentes en este proceso de enseñanza-aprendizaje.
¿Qué es la evaluación educativa?
La evaluación educativa es un proceso integral, sistemático, acumulativo y permanente que valora hasta qué punto el o la estudiante ha alcanzado los objetivos de sus estudios.
Tiene como función obtener informaciones pertinentes acerca de los aprendizajes logrados por los estudiantes, emitir un juicio sobre los mismos y tomar una serie de decisiones referentes al proceso. Además, debe proporcionar información para mejorar el aprendizaje de los y las estudiantes, reajustando los objetivos y revisando críticamente planes, programas, métodos, estrategias y recursos.
¿En qué momento debe realizarse la evaluación?
Esta puede realizarse, antes, durante y/o después del proceso educativo. Sin embargo, la evaluación puede clasificarse según el propósito con el que se realiza. Para ello debe responder a dos preguntas: Para Qué se evalúa, lo cual está relacionado con el objetivo de aprendizaje, y Cuándo se evalúa, referido al momento. Tomando en cuenta este criterio, la evaluación puede ser:
Diagnóstica o inicial,
Formativa o de proceso
Sumativa, final, integradora o de resultado.
En este momento nos ocuparemos de la evaluación inicial o diagnóstica, es decir, aquella que se realiza al inicio de un año escolar, de un curso, una asignatura, así como todo el plan de estudios o parte del mismo. Esta nos permite visualizar las necesidades, demandas, problemas, intereses, fortalezas y expectativas del grupo.
La evaluación diagnóstica se aplica para establecer las condiciones y posibilidades iniciales de aprendizaje de los/las estudiantes. Esta no se restringe, únicamente, a la cuestión de evaluación formal de (conocimientos, interpretaciones, comprensiones, aplicaciones, actitudes, destrezas, hábitos, etc.).
Se concibe con una visión globalizadora de todos los componentes que interactúan en la configuración de los saberes y aprendizajes con anclaje en la realidad social en que viven los estudiantes. Asimismo, toma en cuenta su estado físico y emocional, su inteligencia, sus problemas, sus limitaciones sus capacidades, sus intereses y expectativas.
La función principal de la evaluación diagnóstica es pronosticar y ofrecer información acerca de los conocimientos previos y las habilidades que traen los estudiantes.
Según Joan Mateo Andrés (2000), la evaluación diagnóstica es una manifestación específica de la evaluación formativa. Lo importante es la recogida de información lo más fielmente posible de la situación inicial de los estudiantes dentro del proceso enseñanza-aprendizaje. Esto permite tomar las decisiones pertinentes a fin de satisfacer las carencias detectadas, de acuerdo con las particularidades de cada grupo.
Vista como una práctica, la evaluación diagnóstica nos permite orientar la toma de decisiones, rediseñar las estrategias y acciones que respondan a las necesidades y expectativas de los/las estudiantes y de la comunidad educativa en su conjunto.
Además, facilita lo siguiente:
Ubicación del estudiante en el punto exacto del proceso de enseñanza – aprendizaje.
Formulación del planeamiento del grado, curso y/o asignatura.
Selección de contenidos, actividades y experiencias de aprendizaje.
Formación de grupos en función de características similares e intereses particulares sin perder de vista las expectativas de logro propias del grado o curso.
Utilización adecuada de recursos disponibles.
Jerarquización de intereses, demandas, necesidades y problemas.
Potencialización de aspectos positivos.
Detección de dificultades específicas de aprendizaje.
Elaboración de programas compensatorios y correctivos.
Para realizar la evaluación se requiere hacer uso de técnicas e instrumentos que nos permitan obtener información cualitativa y cuantitativa de lo que se desea evaluar.
Entre las técnicas e instrumentos de evaluación diagnóstica se pueden citar:
Entrevista
Registro anecdótico
Historias de vida
Historias barriales
Agenda
Lista de cotejo o control
Pruebas orales, escritas o de dramatización.
Formulario de autodiagnóstico del educador y del educando.
Formulario de diagnóstico de la comunicación oral.
Formulario de diagnóstico de lecto – escritura.
Prueba de evaluación inicial de contenidos considerados prerrequisitos básicos para iniciar los aprendizajes estipulados para el grado o nivel a cursar.