El italiano Juan Antonio Bellini y Rossa, quien llegó a la Isla a principios del siglo XIX en una expedición enviada por Napoleón Bonaparte, y Ana Joaquina Hernández y González, aunque nacida en Cuba, era hija de padres dominicanos; Son los padres de la persona llamada a ser el sembrador de obras sociales del país. Francisco Xavier Bellini nació en Santo Domingo el 1 de diciembre de 1837, en la casa que ahora lleva el número 33, en la Calle 19 de Marzo.
Según la tradición de la Iglesia Católica, fue bautizado el 11 de diciembre de 1837 en la Catedral de Santo Domingo, adonde años más tarde regresa, pero ya como sacerdote. Su vocación sacerdotal le llegó temprano y le dejó claro que su vida estaría guiada por la fe cristiana. Realizó sus estudio en el Seminario Santo Tomás de Aquino.
Efectúa su primera misa, al retornar a Santo Domingo, oficiada en la Iglesia de Regina Angelorum el 9 de junio del mismo año. Simpatizante de la anexión de la República Dominicana a España, se expresó en favor de la paz a raíz de los sucesos de la Guerra de la Restauración y se marcha a Cuba en 1865 junto a su familia cuando los españoles abandonaron el territorio dominicano.
Su vida, sin embargo, preocupada siempre y dedicada al servicio de los más necesitados, lava la sombra de esa simpatía vergonzosa. De Cuba pasó a Saint Thomas, donde se encontró con el general dominicano Gregorio Luperón, quien le convence de regresar a Santo Domingo. Llegó el 1° de agosto de 1866 y se consagró, desde entonces, a la enseñanza.
Fue Director del Colegio San Luis Gonzaga durante 26 años. Prestó servicios en varias parroquias de diferentes localidades del país y en 1867 fue Vicario General de la Arquidiócesis de Santo Domingo. En 1869 funda la Casa de Beneficencia donde mantenía personas desvalidas, y crea varios periódicos entre los cuales se cuentan “La Crónica” y “El amigo de los niños”. Establece además una Biblioteca Popular para favorecer a las personas de escasos recursos. Dedicado a la caridad y a la enseñanza, no dudó en pedir ayuda a los gobiernos para destinarla a los necesitados.
En 1880 solicitó al Poder Ejecutivo, presidido en ese momento por el doctor Fernando Arturo Meriño y Ramírez, el edificio del Hospital San Andrés para dedicarlo a sus obras de beneficencia. Hoy día es un moderno hospital que lleva su nombre.
Entre sus actividades se recuerda la fundación de la Lotería de la Junta de la Caridad cuyos beneficios eran destinados al bien social.
Muerte
El padre Francisco Xavier Bellini murió el 10 de marzo de 1890 de tuberculosis. Tenía 54 años. Confió todas las organizaciones que fundó a la Junta de Caridad. Sus últimas palabras fueron «Tú, la llamada familia, átame las manos y los pies, déjame mentir tan humildemente». Luego inclinó la cabeza y murió. Hoy, sus restos están enterrados en la Iglesia Regina Angelorum en la Zona Colonial.