«Como maestra en una pequeña comunidad del Ártico, tu día nunca termina, las puertas de la escuela pueden cerrarse, pero la relación con tus alumnos es continua, ya que compartes la comunidad con ellos», dijo MacDonnell, la profesora canadiense que ganó el premio como la mejor maestra del mundo, al recibir el Global Teacher Prize, valorado en un millón de dólares por su contribución a mejorar el sistema educativo y la calidad de vida de los adolescentes en la remota aldea.
A Salluit sólo se puede llegar en avión, la segunda comunidad inuit más septentrional de Quebec y las temperaturas pueden alcanzar los 25 grados bajo cero en invierno. La innovadora profesora trabaja en realidad en las condiciones más difíciles.
Entre sus alumnas, los embarazos de adolescentes son comunes, hay altos niveles de abuso sexual. Se hizo acompañar por tres alumnos a la convención mundial. Su clave es precisamente contar siempre con ellos. “Hay que ser genuina y auténtica, que vean que de verdad te vuelcas y participas en la comunidad”, explica.
La profesora desarrolla un programa que enseña habilidades prácticas, desde cocina hasta mecánica, y ha conseguido aumentar un 500 por ciento la matrícula de chicas adolescentes en el sistema educativo.
Tras subir al escenario para recoger el premio, McDonnell dijo emocionada que «es un honor» que el galardón haya sido para «los adolescentes de una comunidad que se está viendo afectada por un alto número de suicidios, muchas gracias por crear esta plataforma global para valorar el trabajo de los profesores de todo el mundo y creer en el poder de la educación», añadió.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que participó en la entrega de premios por videoconferencia, felicitó a McDonnell y alabó la labor de la Fundación Varkey por apoyar este premio que «promueve la paz y el entendimiento».
La ceremonia de entrega de premios comenzó con un concierto del tenor italiano Andrea Bocelli y tuvo lugar en el marco del Foro Mundial de Educación y Habilidades, un evento de dos días que reunió en Dubái a 1,600 representantes del sector.
El premio de un millón de dólares es entregado por la Fundación Varkey, con sede en Londres, bajo el patrocinio del jeque Mohamed bin Rashid al Maktoum, de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).