Pueden impulsar el cambio y ayudar a construir un futuro mejor para todas y todos. Sin embargo, la mayoría de las niñas se encuentra diariamente en una situación de desventaja y de discriminación, y las que viven en entornos de crisis sufren aún más.
Este año, el Día Internacional de la Niña, que se celebra el 11 de octubre, se centrará en el tema «EmPODERar a las niñas: Antes, durante y después de las crisis».
Cada 10 minutos, en algún lugar del mundo, una adolescente muere como consecuencia de la violencia. En las emergencias humanitarias la violencia de género a menudo aumenta, y las niñas se ven sometidas a la violencia física y sexual, al matrimonio infantil, la explotación y la trata. Las adolescentes que se encuentran en zonas de conflicto tienen un 90 por ciento más de probabilidades de no acceder a la escolarización en comparación con las niñas de los países sin conflictos, poniendo así en peligro sus perspectivas de futuro laboral y su independencia financiera una vez alcanzada la edad adulta.
En todo el mundo, las niñas que han sido empoderadas están alzando su voz para luchar por sus derechos y su protección en todos los ámbitos. Trabajan para erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas, para que se reconozcan los derechos indígenas, para construir comunidades pacíficas y cohesionadas.
Declaración de ONU Mujeres: Día Internacional de la Niña
“Hay quienes dicen que es una vergüenza que las niñas vayan a trabajar o a la escuela. Son antiguas tradiciones y convenciones”. Son las palabras de Alan e Israa, dos niñas sirias que, gracias a un Centro Comunitario de y de capacitación respaldado por la ONU Mujeres en Beirut, Líbano, están aprendiendo a reparar teléfonos móviles. Esta capacitación contribuye a derribar ideas tradicionales sobre lo que las niñas pueden y no pueden hacer, y, al tiempo que les proporciona habilidades relevantes para su futuro, genera resiliencia y ayuda a romper con el aislamiento de las convenciones.
Este año, con ocasión del Día Internacional de la Niña, nos centramos en el tema “EmPODERar a las niñas: antes, durante y después de las crisis”. A lo largo de 2017, hemos visto cómo ha aumentado el conflicto, la inestabilidad y la desigualdad, y se espera que este año 128,6 millones de personas necesiten asistencia humanitaria como consecuencia de amenazas a la seguridad, el cambio climático y la pobreza. Más de tres cuartas partes de las personas que se han convertido en refugiadas o que se han tenido que desplazar de sus hogares son mujeres, niñas y niños. Entre estas personas, las mujeres y las niñas son las más vulnerables en tiempos de crisis.
Las mujeres y las niñas desplazadas y vulnerables hacen frente a mayores riesgos de sufrir violencia sexual y de género, y de ver sus medios de vida perjudicados; las niñas tienen 2,5 más probabilidades de no acudir a la escuela durante los desastres en comparación con los niños ; y las niñas desplazadas a menudo se ven forzadas a casarse en un esfuerzo por garantizarse la seguridad. Una evaluación de 2013 estimó un aumento en el porcentaje de las niñas sirias refugiadas en Jordania que se habían casado antes de cumplir los 18 años de edad, desde una cifra inferior al 17 por ciento antes del conflicto hasta más del 50 por ciento después de este.
Desde ONU Mujeres, trabajamos para garantizar que las niñas que atraviesan crisis tengan opciones positivas que les permitan crecer y desarrollar habilidades sociales y económicas. Junto con organizaciones locales de mujeres, apoyamos a las mujeres y a las niñas refugiadas mediante nuestra iniciativa insignia mundial sobre el liderazgo, el empoderamiento, el acceso y la protección de las mujeres en la respuesta ante crisis [4], que impulsa la participación cívica y el liderazgo promoviendo la participación política y social de las mujeres en los planos local, nacional e internacional. Esta iniciativa insignia también crea centros de empoderamiento donde las mujeres pueden conseguir contactos y acceder a servicios y capacitación fundamentales. Además proporcionan puestos de trabajo, iniciativas de efectivo a cambio de trabajo y capacitación para crear negocios.
Los programas de este tipo pueden convertir las situaciones de desplazamiento en oportunidades para el empoderamiento de las niñas y las mujeres jóvenes, alejarlas de situaciones potencialmente violentas, y servir de vía hacia la seguridad económica para que no se vean forzadas a casarse con hombres más mayores que les procuren bienestar físico y económico.
Como Alan e Israa han podido ver, ONU Mujeres también está aprovechando las posibilidades de la tecnología móvil —con la apertura de una escuela de habilidades virtuales— para que las mujeres y las niñas que han abandonado la escuela como consecuencia de un matrimonio precoz, la maternidad o prácticas tradicionales, que viven con una discapacidad, o que se encuentran desplazadas de sus hogares y residen en campamentos de personas refugiadas, tengan una segunda oportunidad de aprender.
En el Día Internacional de la Niña, unámonos en el compromiso de invertir en la capacitación de habilidades y la formación para niñas, así como en actividades para que las mujeres jóvenes aprendan a ganarse la vida, un compromiso que debe incluir a las niñas y las mujeres jóvenes de todo el mundo que se enfrentan a crisis. Lejos de ser simplemente receptoras pasivas de la asistencia, estas niñas son líderes que utilizarán las habilidades que desarrollen hoy para reconstruir sus comunidades y crear un mejor futuro para todas y todos nosotros.