La Tolerancia un valor imprescindible

Es importante que ellos escuchen las ideas y las opiniones de sus amiguitos, que acepten sus criterios aunque sean distintos a los suyos, y que consigan ponerse de acuerdo con sus compañeros durante un juego, en alguna actividad o en un aula. La tolerancia les ayuda a que tengan una buena integración en un grupo o equipo.

El niño no nace tolerante. Su conducta natural es que todo sea para sí, y que todos estén de acuerdo con él, por lo que es indispensable que el proceso de aprendizaje acerca de la tolerancia empiece desde bien temprano.

El mundo sueña con la tolerancia desde que es mundo, quizá porque se trata de una conquista que brilla a la vez por su presencia y por su ausencia. Se ha dicho que la tolerancia es fácil de aplaudir, difícil de practicar, y muy difícil de explicar.

El aprendizaje de la tolerancia es el camino hacia la convivencia. Saber convivir es saber respetarnos. No es fácil, ya que para ser tolerantes debemos acallar el egoísmo y el orgullo. Pero es mediante el ejercicio diario de la tolerancia como logramos construir la hermandad y derribar los muros del odio y la injusticia.

El diccionario de la Real Academia define así esa valiosa virtud llamada tolerancia:

«Tolerancia es soportar al otro con la intención de entenderlo mejor. Sólo a partir de esa mejor comprensión se ordenan los conflictos de intereses y los derechos de los contrincantes. La tolerancia exige coraje».

Y se puede ir más allá de esta definición y afirmar que la tolerancia mueve a aceptar al otro con amor, más que a soportarlo. Permite que una persona se ponga en el lugar de otro, a valorar las diferencias y a dejar que el otro viva su vida sin manipularlo ni presionarlo. Y como toda virtud es recíproca, el respeto mutuo y así convivir en armonía.

Hay quienes creen que tolerar es aguantar. Pero en realidad se trata de un principio de vida que bastante falta hace, y que equivale a respeto, comprensión y adaptación hacia los demás.

Ser tolerante es la capacidad de adaptación, en mayor medida a todo lo que se presenta fuera de sí mismo, pero en ciertas ocasiones exige serlo también hacia adentro, pues no todas las personas tienen el mismo grado de tolerancia.

Se es intolerante cuando se siente que otros invaden el espacio, pero en el sentido de que lo que hacen o dicen toca las fibras del dolor; pero es precisamente cuando los episodios de dolor son repetitivos, que se requiere urgentemente hacer de la tolerancia un principio fundamental y cultural.

El ejemplo de los padres es la mejor herramienta que pueden utilizar para inculcar valores en la educación de los hijos. La tolerancia es un valor importante para el buen desarrollo de las relaciones sociales del niño. El niño puede aprender a ser tolerante:

– A través de cuentos e historias

– Por las actividades que desarrolla

– A través de los juegos

– En la convivencia con los demás niños

– Aprendiendo a respetar las diferencias

– Conociendo diferentes culturas

– A través de los viajes en familia

– Conociendo los beneficios de la conciliación, de la paz

– Compartiendo, sin pelear

– Aprendiendo a no burlarse de los demás

 

Fuentes:

www.ecured.cu

www.guiainfantil.com

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