Se conmemoró por primera vez el 1 de diciembre de 1988. Se eligió la fecha del 1 de diciembre por cuestiones de impacto mediático. Desde entonces, el sida ha matado a más de 25 millones de personas en todo el planeta, lo que la hace una de las epidemias más destructivas registradas en la Historia. A pesar de que existe un mayor acceso y se ha mejorado el tratamiento antirretroviral y el cuidado médico en muchas regiones del mundo, la epidemia de sida costó aproximadamente 3,1 millones (entre 2,8 y 3,6 millones) de vidas solo en el año 2005, de las cuales 0,57 millones eran niños.
El Ministerio de Educación para el año 2009 declaró que cada primero de diciembre como el «Día Escolar de Prevención contra el VIH Sida», al conmemorarse hoy El Día Mundial de la enfermedad.
A través de una resolución, la cartera educativa declaró que este día, en las escuelas que funcionan en nuestro país, se hable del VIH y que todos los estudiantes porten el lazo rojo de la solidaridad por las personas que viven con esa condición de salud.
Con esta disposición, la cartera reconoce la importancia de que cada día, en cada materia y cada espacio extracurricular, se fomente una cultura de diversidad y aceptación efectiva en la prevención del virus y otras enfermedades de transmisión sexual.
La resolución fue leída, durante un acto realizado en la escuela República de Panamá en Santo Domingo Este alegórico a la fecha, encabezado por en ese momento el director ejecutivo del Consejo Presidencial del Sida (Copresida).
Desde 1988, se han hecho importantes progresos en la respuesta al sida y, a día de hoy, tres de cada cuatro personas que viven con el VIH conocen su estado serológico. No obstante, y tal y como muestra el último informe de ONUSIDA, aún queda mucho camino que recorrer, y dicho camino pasa por llegar a las personas que viven con el VIH y desconocen su estado y para garantizar que tengan acceso a servicios de asistencia y prevención de calidad.
Las pruebas del VIH son esenciales para ampliar el tratamiento y asegurarles a las personas que viven con el VIH la posibilidad de llevar vidas saludables y productivas. También es fundamental alcanzar los objetivos 90-90-90 y empoderar a las personas para que tengan capacidad de decisión en relación a la prevención del VIH, de modo que puedan protegerse a sí mismos y a sus seres queridos.
Desafortunadamente, numerosos obstáculos siguen dificultando las pruebas del VIH: el estigma y la discriminación disuaden a las personas de realizarse las pruebas, el acceso a las pruebas confidenciales sigue siendo problemático y muchas personas siguen realizándoselas únicamente tras haber enfermado y padecer los síntomas.
En todo el mundo, 37 millones de personas viven con el VIH, la cifra más alta hasta el momento, aunque una cuarta parte desconoce que lo tienen el virus.
Saber su estado de VIH es un punto de partida esencial para los servicios de tratamiento, prevención, atención y apoyo relacionados con el VIH. Las personas que reciben un resultado positivo en las pruebas del VIH deben tratarse de inmediato con medicamentos antirretrovirales para que puedan vivir y en buen estado y, cuando supriman la carga viral, evitar la transmisión del virus.
Es también importante saber si una persona es seropositiva para que pueda tomar decisiones sobre sus opciones de prevención del VIH, entre otros, cómo prevenir la infección con el HIV de los niños, el uso de condones para hombres y mujeres, servicios accesibles para reducir los daños que amenazan a las personas que se inyectan drogas, la circuncisión masculina médica voluntaria y la profilaxis previa y posterior a la exposición.