El panorama global cambiante ha dado un nuevo giro en los últimos años, obstaculizando el progreso de los esfuerzos literarios globales. Como resultado de esta pandemia, cerca de 24 millones de estudiantes podrían no regresar a la educación formal, de los cuales 11 millones son niñas y mujeres. Para garantizar que nadie se quede atrás, debemos enriquecer y transformar los espacios de aprendizaje existentes a través de un enfoque integrado y permitir la alfabetización desde una perspectiva de aprendizaje permanente.
Desde 1967, el Día Internacional de la Alfabetización se celebra cada año en todo el mundo para recordar al público la importancia de la alfabetización como factor de dignidad y de derechos humanos, así como para lograr avances en la agenda de alfabetización con miras a una sociedad más instruida y sostenible. A pesar de los logros alcanzados, los desafíos persisten, ya que 773 millones de adultos en el mundo no poseen, hoy en día, las competencias básicas en lectoescritura.
La crisis provocada por la COVID-19 creó trastornos sin precedentes en el aprendizaje de los niños, jóvenes y adultos. También acentuó las desigualdades ya existentes en cuanto al acceso a oportunidades de alfabetización significativas, afectando de manera desproporcionada a los 773 millones de jóvenes y adultos no alfabetizados. La alfabetización de los jóvenes y adultos no ha sido tomada en cuenta por numerosos planes nacionales iniciales de intervención, aun cuando los programas de alfabetización tuvieron que suspender su funcionamiento habitual.
Incluso durante este periodo de crisis mundial, se llevaron a cabo esfuerzos para encontrar otros medios para garantizar la continuidad pedagógica, en particular mediante el aprendizaje a distancia que se impartió a menudo conjuntamente con el aprendizaje presencial, pero el acceso a las oportunidades de alfabetización no quedó repartido de manera proporcional. La rapidez con que se pasó a un aprendizaje a distancia también dejó al descubierto la fractura digital que persiste en términos de conectividad, infraestructura y capacidad para utilizar la tecnología, así como las desigualdades que existen en otros servicios, tales como el acceso a la electricidad, algo que limita las oportunidades de aprendizaje.
No obstante, la pandemia recordó el papel que desempeña la alfabetización: más allá de su importancia inherente como elemento del derecho a la educación, la alfabetización permite que las personas se emancipen y mejoren sus vidas proporcionándoles más capacidades para escoger la manera de vivir que pudiera resultarles más conveniente. También es un factor del desarrollo sostenible. La alfabetización es parte integrante de la educación y el aprendizaje a lo largo de toda la vida basados en el humanismo, tal como lo describe el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 y, en este sentido, es esencial para la recuperación centrada en el ser humano tras la crisis de la COVID-19.
El Día Internacional de la Alfabetización 2021 examinará de qué manera la alfabetización puede contribuir a construir cimientos sólidos para una recuperación basada en el ser humano, haciendo hincapié en las interacciones entre la alfabetización y las competencias digitales que necesitan los jóvenes y adultos no alfabetizados. Asimismo, sacará provecho de los factores que propician que la alfabetización se base en la tecnología inclusiva y útil, para que nadie quede rezagado. De este modo, este Día representa una oportunidad para repensar el futuro de la enseñanza y el aprendizaje en el ámbito de la alfabetización, en el contexto de la pandemia y más allá de esta.
«En esta jornada en que celebramos el Día Internacional de la Alfabetización, la UNESCO desea invitar a todos los agentes del mundo de la enseñanza y de otros ámbitos a que se movilicen por la alfabetización de jóvenes, adultos y mujeres, para que también ellos tengan derecho a ser libres y a soñar.»
— Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Internacional de la Alfabetización
Fuente
https://es.unesco.org/