La Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural se aprobó en 2001 y, a continuación, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 21 de mayo como el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, a través de su resolución 57/249 de diciembre de 2002.
En 2011, la UNESCO y la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas lanzaron la campaña «Haz un gesto por la Diversidad y la Inclusión» con el propósito de animar a las personas y a las organizaciones de todo el mundo a que tomen medidas concretas de apoyo a la diversidad. Finalmente, en 2015, la Segunda Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó por unanimidad la resolución sobre Cultura y Desarrollo Sostenible A/C.2/70/ L.59, afirmando la contribución de la cultura a las tres dimensiones del desarrollo sostenible: reconocer la diversidad del mundo mucho más allá de lo natural y lo cultural, reafirmar que las culturas y civilizaciones pueden contribuir al desarrollo sostenible, y su papel como factores habilitadores cruciales.
Se trata de un día internacional en el que debemos profundizar en lso grandes valores de la diversidad cultural:
- Concienciar sobre la importancia del diálogo intercultural, la diversidad y la inclusión.
- Lograr que todas las personas nos comprometamos y apoyemos la diversidad mediante gestos reales en nuestro día a día.
- Combatir la polarización y los estereotipos para mejorar el entendimiento y la cooperación entre las gentes de diferentes culturas.
¿Por qué importa la diversidad?
Las tres cuartas partes de los mayores conflictos tienen una dimensión cultural.
Superar la división entre las culturas es urgente y necesario para la paz, la estabilidad y el desarrollo. Y es que la cultura, en su rica diversidad, posee un valor intrínseco tanto para el desarrollo como para la cohesión social y la paz.
La diversidad cultural es una fuerza motriz del desarrollo, no sólo en lo que respecta al crecimiento económico, sino como medio de tener una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más enriquecedora. Todo esto está presente en las siete convenciones de la cultura, que proporcionan una base sólida para la promoción de la diversidad cultural. Esta diversidad es un componente indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible, gracias, entre otros, al dispositivo normativo, hoy día ya completo, elaborado en el ámbito cultural.
Simultáneamente, el reconocimiento de la diversidad cultural – mediante una utilización innovadora de los medios y de los TIC en particular – lleva al diálogo entre civilizaciones y culturas, al respeto y a la comprensión mutua.
Impacto de COVID-19 en el sector cultural
Sitios vacíos del Patrimonio Mundial de la UNESCO, eventos culturales cancelados, instituciones culturales cerradas, prácticas culturales comunitarias suspendidas, mayor riesgo de saqueo de sitios culturales y de caza furtiva en sitios naturales, artistas que no pueden llegar a fin de mes y el sector del turismo cultural muy afectado… El impacto de la COVID-19 en el sector cultural se está sintiendo en todo el mundo. Este impacto es social, económico y político, ya que afecta al derecho fundamental de acceso a la cultura, los derechos sociales de los artistas y los profesionales de la creación y la protección de las diferentes expresiones culturales.
La crisis que se desarrolla corre el riesgo de profundizar las desigualdades y hacer que las comunidades sean vulnerables. Además, las industrias creativas y culturales (CCI) contribuyen con 2 250 millones de dólares americanos a la economía global (3% del PIB) y representan 29,5 millones de empleos en todo el mundo. Las consecuencias económicas de no abordar el sector cultural, y todos los servicios auxiliares, particularmente en el sector turístico, también podrían ser desastrosos.
Cultura, fuente de resiliencia
Durante este tiempo de confinamiento masivo, miles de millones de personas recurren a la cultura como fuente de consuelo, bienestar y conexión. Ha habido un aumento en la creación y el acceso a contenido cultural en línea, desde visitas virtuales a museos y galerías, transmisión de películas e incluso coros comunitarios a través de las redes sociales, mostrando su papel fundamental como fuente de resiliencia para las comunidades. Las grandes crisis a lo largo de la historia a menudo han dado lugar a un renacimiento de la cultura y una explosión de nuevas formas de creatividad, tan vitales para el progreso humano.
Proteger la diversidad de las expresiones culturales es más importante que nunca
La pandemia de COVID-19 ha revelado y magnificado la volatilidad preexistente de las industrias creativas. Debido a la naturaleza compleja de su trabajo, los profesionales culturales se ven particularmente afectados y las medidas de cierre en todo el mundo impactan directamente en toda la cadena de valor creativa.
La UNESCO ha lanzado una página que pretende servir como referencia para quienes buscan inspirarse en las mejores prácticas y en el desarrollo de respuestas apropiadas adaptadas a los contextos nacionales. La UNESCO también lanzó un semanario « Cultura y COVID-19: Medición del impacto y las respuestas » para proporcionar una visión general de una situación que evoluciona rápidamente.
Fuente:
www.un.org