De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), aumentar la atención y la sensibilización sobre el cáncer de mama, así como la promoción de políticas y programas adecuados, son fundamentales para disminuir los casos de esta enfermedad, que registra cada año 1,38 millones de nuevos casos y 458.000 muertes.
La mujer debe aprender a conocer bien su cuerpo y así apreciar cualquier signo de alarma. Los especialistas recomiendan a todas las mujeres mayores de 20 años que realicen la autoexploración mamaria cada mes. Después de los 25 años, lo mejor es que un especialista explore sus mamas anualmente. Y a partir de los 40 años de edad, es conveniente que se someta periódicamente a una mamografía.
Aunque reducen en cierta medida el riesgo, las estrategias de prevención no pueden eliminar la mayoría de los casos de cáncer de mama que se dan en los países de ingresos bajos y medios, donde el diagnóstico del problema se hace en fases muy avanzadas. Así pues, la detección precoz con vistas a mejorar el pronóstico y la supervivencia de esos casos sigue siendo la piedra angular del control del cáncer de mama.
Las estrategias de detección precoz recomendadas para los países de ingresos bajos y medios son el conocimiento de los primeros signos y síntomas, y el cribado basado en la exploración clínica de las mamas en zonas de demostración. El cribado mediante mamografía es muy costoso y se recomienda para los países que cuentan con una buena infraestructura sanitaria y pueden costear un programa a largo plazo.
Las estrategias recomendadas son los exámenes regulares, puesto que el cáncer de mama precoz no causa síntomas. Mientras se desarrolla la afección puede aparecer una hinchazón en la mama o en la axila, que es dura y normalmente no se siente dolor; se presenta un cambio en la forma del pezón, con enrojecimiento, agujeros, o la sensación de piel de naranja.