Entre los primeros maestros que influyeron en su personalidad figuran Juan Luis Franco Bidó, Benigno Filomeno Rojas y el sacerdote Gaspar Hernández.
Desde bien joven se dedicó por entero a la docencia, ya los 16 años era considerado en Santiago de los Caballeros y las comunidades aledañas como un hombre con cualidades de educador.
A los 20 años se traslada a Santiago de Cuba. Fue allí cuando en Yara el 10 de octubre de 1868 Carlos Manuel de Cépedes inició el primer movimiento por la Independencia de Cuba, conocido como la «Guerra de los Diez Años». Peña y Reynoso se suma a la gesta por la liberación de Cuba. En el proceso, se desempeñó como secretario de Carlos Manuel de Cépedes y Máximo Gómez.
En reconocimiento a sus méritos fue ascendido al rango de General de División. Regresó a República Dominicana, en el año 1873.
El escritor santiaguense José Ulises Franco, anota que al llegar al país, Peña y Reynoso fijó su residencia en Santiago de los Caballeros, donde fundó el Colegio Paz y la sociedad literaria Amantes de la Luz, donde desarrolló una extraordinaria labor patriótica y cívica en compañía de los profesores José María Vallejo y Federico García Godoy. Dirigió las escuelas superiores de Montecristi y Puerto Plata.
Como periodista alcanzó elevados niveles de excelencia como queda patentizado en los diversos medios periodísticos que fundó.
Sus obras más que literarias son didácticas. Entre ellas destacan: Nociones elementales de retórica, Lecciones de análisis lógico y gramatical, y Nociones de Historia de la Pedagogía.
Sus aportes literarios, patrióticos y educativos, que realizó tanto en la República Dominicana como en Cuba, lo convirtieron en un héroe excepcional en la vida política y cultural del siglo XIX.
Regresó a Cuba en 1904 donde permaneció hasta su muerte, el 2 de agosto de 1915, en la ciudad de La Habana, donde falleció su esposa, Caridad Baden Justic, natural de Santiago de Cuba. Sus restos aún se encuentran fuera del país.